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OBRAS 1° PARTE

IMAGO MNEMOSINE

‘Hay que sacar la historia de la memoria’
Collage analógico, 33 x 22cm, 2019

Mnemosine es la encarnación griega de la memoria, también es el río del que los iniciados beben para que el alma recuerde la verdad trascendente olvidada antes de encarnar. Es la madre de las musas que con la inspiración y el arte nos ayudan a recordar la luz de la que provenimos.
La memoria corre en nuestras venas, cifrada en nuestros genes, forjada en nuestra carne. Yace en nuestros pueblos indoamericanos, en los hitos que fundaron la cultura cristiana, en los símbolos y ritos que hemos de excavar, conectar y revivir.
La senda de la vida se abre. Como una pantera, recorremos solitarios hasta dar con nuestra manada. Nuestra tribu danza y vibra y grita desde el corazón. El desierto florece. Recto y firme, el Wachuma, abuelo sagrado y planta maestra, guarda las llaves de San Pedro y se eleva hacia el Sol. El fuego del espíritu nos llama a reencantar el mundo, sacralizar nuestra experiencia, transmutar nuestro ser y co-nectar el Cielo con la Tierra. Tal es el movimiento del Tao, retornar a las raíces, florecer desde dentro, fluir como el río y preservar nuestro centro.
La Memoria no será borrada, ha despertado en nuestro corazón. Honrada prevalecerá alzando sus alas de mariposa dorada.

DE RUEDAS SINIESTRAS Y ESFERAS CELESTES

Collage analógico, 48 x 33cm, 2020

Rueda, rota, chakra. Resulta un símbolo en el que se pueden inscribir muchos otros a partir del nú-mero de radios que ésta tenga.
La rueda gira como una tómbola, una ruleta en la que se alternan los diversos aspectos del espectro fenoménico. En su recorrido espiral podemos precisar ciclos y estimar repeticiones. ¿Será que el ra-yado de cancha universal establece un determinismo fatal que deviene en un eterno retorno? ¿O será que poseemos un libre albedrío en el que ‘no tiene fortuna parte alguna’, creando cada cuál su propio destino? O, tal vez, ambas opciones se entrelazan en distintos niveles.
Como una pluma al viento que se posa a nuestros pies, el sentido yace oculto dispuesto a ser deve-lado por la mirada adecuada. Fortuna baraja las cartas forzándonos a aprender a jugar, adaptándonos al cambio para sostener un equilibrio dinámico, atentos al germen de lo inmanifiesto dispuesto a emerger. Lo siniestro acecha, en términos freudianos, como aquello conocido que ha sido reprimido y regresa en la inquietante extrañeza de la compulsión por repetición.
Es la mecanicidad automatista de un reloj que se nos opone a la vitalidad organísmica que despliega el mandala de un loto en flor. Mediante la reminiscencia de lo trascendente –con la Tradición como brújula- y su acoplamiento a la consciencia inmanente –dirigiendo el timón del dharma- podemos encarrilar las ruedas de nuestro carro para seguir el sendero celeste templados por la música de sus esferas.

LA CONSCIENCIA VIGILANTE ACECHANDO EL HORIZONTE

Collage analógico, 35 x 22,2cm, 2020

En diversas ocasiones, el I Ching nos indica cómo ha de comportarse el noble en relación a la influen-cia de energías inferiores y tenebrosas (en definitiva: ante los aspectos negativos del yin) que emergen y se expanden hasta apoderarse de la sociedad. Mientras la tiniebla avanza, recluido en soledad, preserva la luz al resguardo confiado en un retorno radiante. Su aislamiento, su retiro, no implica cobardía sino sabiduría: se trata acá de una estrategia para que el mal se desgaste a sí mismo, facilitando así la integración reguladora que somete al yin bajo el propio control, sin perder energía ejerciendo oposi-ción. Pensemos, por ejemplo, en el arcano IX, El ermitaño. Es esta misma la idea que opera durante la cuarentena que vivimos.
Propongo al respecto un ejercicio de meditación guiada e imaginación activa, incorporando algu-nos elementos de la psicoterapia experiencial –focusing- y de dos personajes de la corte en el Tarot: La reina de espadas y la reina de discos:
Cierra los ojos. Visualiza que reposas en la cima de un cerro, algún lugar tranquilo y despejado. Es este un lugar de encuentro. El cuerpo está relajado, la postura es cómoda. Respira profundo. Observa atento, prestando atención al flujo energético, al sonido incidental del latido de la sangre y soplo del aire, per-maneciendo en el límite entre adentro y afuera. Sin identificarte con su contenido, permite que pasen pensamientos y discursos como nubes cambiantes proyectadas en el cielo. Sin arrastrarte por su caudal, permite que fluyan sentimientos y emociones como el arroyo que nace de la cima y se abre camino a lo largo del valle. Conecta con la presencia silenciosa que subyace a todo movimiento. Si emergen sensa-ciones, percibe el mensaje cifrado en el cuerpo: ubícalo, siéntelo, descríbelo, nómbralo. Una vez capta-do su sentido, haz las paces con éste, permite su alivio, su desvanecimiento. Lentamente, abre los ojos.

LA INTUICIÓN INTELECTUAL Y LA FERVIENTE DEVOCIÓN

ANIQUILANDO LA FE CIEGA Y LA SUPERSTICIÓN/   Collage analógico, 37,3 x 25,2cm, 2020

La fe no ha de reducirse a una mera creencia, ha de ser vivida como una experiencia transforma-dora. Para anular la ‘fe ciega’ –irreflexiva, replicante, supersticiosa y especulativa-, contamos con la intelección intuitiva, es decir, el estudio sentido de los contenidos expresados en las fuentes sagradas originales. Así, mediante una empatía lúcida y una percepción directa, logramos conectar con su lenguaje simbólico y actualizamos la trascendencia en la inmanencia: expresamos el arquetipo en la contingencia.
Es de esta experiencia que nace el arte en un primer lugar, y es a esta misma experiencia a la cual ac-cedemos mediante el éxtasis contemplativo o la devoción ferviente. Es la creación un estado conscien-cial operatorio en el que abrimos un mundo y replicamos la cualidad divina en una escala humana. Por ello, el arte, lejos de reducirse a las nociones contemporáneas –reflexión filosófica, expresión de la psique subjetiva, juego formal, protesta política, provocación transgresora, meme meta-referencial, broma elaborada, nihilismo mágico, pasatiempo elitista, performance postmoderna, etc- consiste en una práctica espiritual y una experiencia trascendental que nos llama a la inspiración vital, la creación consciente y la transformación constante.

LA INTUICIÓN GRAN EMANACIÓN

Collage analógico, 65 x 40,3cm, 2020

¿De dónde han brotado espacio y tiempo?
¿Qué misterio oculta su despliegue sempiterno?
¿En qué punto se intersectan las hipóstasis del templo? ¿Qué embriaguez ha teñido de celeste este infierno?
Yin Yang / Big bang
Viene y va, fue y será, es y está
¡Boomerang!
El Tonal y el Nagual
Yoni y Lingam
(In and out)
Cada polo yace inmerso
(Hemisferio cerebral)
Al interior de su opuesto
(Más allá del bien y el mal)
Es sólo un juego
(Lilah, lilah)
Asunto serio: Recordar
(Tra la-lá, tra lalá)
Animus y Ánima
Venus y Mars
Menos y más
Ser y estar
Black or white, left and right
Six, Nine, aquí, allá
Wich es Cuál
(¿?)
Previo a la división
Espacio–Temporal
Inmanente y trascendente
Permanece la Unidad
Una Locura: La Verdad

TIEMPO DE DETENER EL TIEMPO

-Entre el rezo inmanente y la meditación trascendental /  Collage analógico, 35 x 22,5cm, 2020

¿Qué es la meditación? –¿y tú me lo preguntas?- Bueno, veamos. Un discurso elucubrado se alejaría del quid, lo orbitaría como suelen hacer los filósofos cuadrados –miles de páginas para ideas de un párrafo, me pierdo en sus bosquejos, en los bosques, ¡me quejo!- El tema es más a lo Zen, un koan cual bofetada, un cubo de agua helada, la chispa que enciende la llama, ¡un rayo que cae a tus pies!
Es cultivar el silencio interior para apaciguar el incesante ruido mental y el absorbente llamado del mundo externo con su frenesí de ocupación y su sociedad del rendimiento. Es equilibrar el mundo externo con el interno, no perderse en evasiones fantasiosas ni flojear de forma ociosa. En quietud o movimiento, bailando, practicando yoga o tai chi, rezando, cantando, creando.
No se trata de menospreciar la mente racional y su capacidad discursiva, sino administrarla con certeza y dominio –como el príncipe de espadas, que para avanzar ha de unificar sus múltiples yoes ante un yo central firme y operatorio-, es decir, sin ser atrapado por la información y los pensamientos –opiniones, especulaciones, dudas- dispersados en el viento.
Contempla el templo con templanza. Como bien dice el hexagrama 52 del sabio I Ching, La Montaña, símbolo de aquietamiento, detención, apaciguación de los nervios espinales y cómodo reposo de la espalda: ‘El noble no va en sus pensamientos más allá de su situación’. La amplia base de la montaña permite que en su subida hacia el Cielo vayamos adquiriendo una mirada global, tomando cada vez más distancia del mundanal mundo mundano y su continua contingencia cotidiana que nos arrastra a todos lados. El silencio consciente y contemplativo de la meditación (vaciado de contenido conceptual), endulzado por la palabra inspirada del rezo que brota del corazón, permiten concentrar la energía y propiciar una experiencia lúcida y armoniosa en la vida. Vaciados, seremos llenados, irra-diando la unidad que envuelve lo visible y lo invisible.

DOS SEGMENTOS DEL GRAN HOLÓN

-En la red serpentina, en la espiral del tiempo- / Collage analógico, 44 x 28cm, 2020

¿Danza la dama de verde
Ante el ritmo de las hojas
Como el ginkgo biloba
Primitivo y perenne
La esmeralda, que brilla
Junto al resto de las joyas
Los planetas hoy se alinean
La espiral dictó la hora
Cosechando la espagiria
En la escala caracola
Las serpientes no le dañan
Resplandece en paz la orquídea
Teje su telar la araña
Recreado, día a día
El fractal en su despliegue
El holón, encadenando
En dinámica armonía
Lo más alto y lo más bajo
La sagrada jerarquía
Concordando, no lo niegues
Su recuerdo y su legado
¡Perdurable maravilla!
La elaborada e integrativa obra de Ken Wilber organiza la consciencia -la realidad-, en cuatro cua-
drantes –interno, externo, individual y colectivo-, cada uno de los cuáles está configurado por distin-
tos estratos o estadios, en orden jerárquico y evolutivo en función de su complejidad: cada nivel –ho-
lón: una parte que es un todo a la vez- supera al anterior y lo involucra en uno nuevo con cualidades
emergentes propias de su desarrollo intrínseco. Entre lo individual y lo interno está lo subjetivo, la
profundidad de la psicología personal. Entre lo individual y lo externo la complejidad del cuerpo y
sus instintos. Entre lo interno y colectivo el sistema cultural, lo inter subjetivo. Entre lo externo y
colectivo está la sociedad.
En lo externo, el desarrollo y el perfeccionamiento estructural, es decir, una interconectividad di-
námica y armoniosa entre sistemas, ha de ser calibrado por una indagación reflexiva y contemplativa
hacia la interioridad, a saber, un reconocimiento que profundice en los fundamentos trascendentes e
inmanentes de la existencia. Amasamos así un entusiasta despertar creativo y una apertura confiada al
devenir. Se trata aquí de compensar los modelos fragmentarios por una integración multidisciplinar.

EL BLANCO VELO TRAS EL MURO DE HIELO

 Collage analógico, 43 x 19cm, 2020

La búsqueda infatigable por retornar al origen,
desata el peregrinaje en la senda espiral.
Lamentos y dichas hallamos en el viaje,
anhelando el silencio que acalle el ruido mundanal.
Lentamente escalamos a las cimas elevadas,
advertidos del riesgo del abismo fatal.
Creación y creador se entrelazan en el cosmos,
apofasis, catafasis: paradoja elemental.
El océano se abre, en el cielo hay remolinos,
el misterio cristalino: traslucidez global
Qué es esta ave blanca, este velo removido,
el vacío está repleto de cabalidad total.
Qué sublime inspiración, hierofanía revelada,
el símbolo renace: ¡la liberación final!

EL DICTAMEN DEFINITIVO

Tao, longevidad y muerte-  / Collage analógico, 50 x 30,5cm, 2020

Los orígenes históricos del I Ching, el Libro de los cambios, se remontan al chamanismo de la región extremo oriental, hace unos 7000 años atrás, antes de que naciera China, la actual potencia mundial con su comunismo neoliberal. A partir de huesos hirvientes y caparazones de tortuga, los chamanes determinaban el dictamen celeste cifrado en marcas aprobatorias expresadas mediante una línea con-tinua (—) yang, o negativas, manifestadas por medio de una línea abierta (- -) yin, signos sexuales de lo masculino y lo femenino, cualidades de la existencia que permiten su preservación y continuidad (tiempo/espacio; creatividad/receptividad; firmeza/flexibilidad; luz/oscuridad; etc).

A partir de la sabiduría condensada en el I Ching, los sabios Confucio y Lao Tse actualizaron las vías exotéricas y esotéricas respectivamente, con el confucianismo y el taoísmo, dos facetas que se com-plementan y armonizan en lo social y lo individual. Al hacerse cargo de la vía iniciática y esotérica, el taoísmo desarrolló diversas técnicas meditativas, contemplativas y alquímicas, que permitieron a sus sabios, valiéndose del conocimiento cifrado en el I Ching y el cuerpo humano como un microcosmos, desplegar una serie de tratados para desarrollar el espíritu, potenciar la consciencia, cultivar la salud y preservar la longevidad (medicina tradicional china; alquimia taoísta; feng shui y artes marciales, entre otras disciplinas milenarias que nacen a partir del I Ching). Por su parte, el confucianismo se encargó de estructurar la sociedad mediante la moral y el respeto a los ancestros, incrustando en el canon del I Ching numerosos tratados que exploran su sabiduría para el cultivo del noble, quien por medio de la consulta y el estudio del I Ching pasa a ser un Chün tzu, es decir, quien actualiza el Tao por medio de su virtud, teniendo al Cielo y a la Tierra por modelos.

‘Morir y no perecer es la verdadera longevidad’
Lao Tse, Tao te king, epigrama 33

PASAR DEL ARDOR

-El umbral del inframundo-  / Collage analógico, 38,5 x 35,5cm, 2020

Parece ineluctable: para elevarse al cielo hemos atravesar el infierno. Joseph Campbell lo describe así al proponer el viaje del héroe como la estructura básica del monomito: separación-iniciación-retorno o bien caída-búsqueda-redención, un recorrido circular en el que el protagonista se ve obligado a aban-donar su zona de confort para adentrarse en lo desconocido, una región de prodigios sobrenaturales en la que ha de superar pruebas asombrosas hasta lograr una victoria decisiva que le permita retornar a su hogar y compartir lo obtenido junto a los suyos. Este despliegue y repliegue se repite en distintas dimensiones, contextos y narrativas. Consiste, de hecho, en el modo operatorio de la propia existencia en un sentido tan práctico como simbólico: el Universo se expande a partir de un punto hasta desva-necerse en el vacío; la materia se disuelve en la lattice que la ha generado; la consciencia diferenciada es reabsorbida en la consciencia no dual.
Emanados desde el vacío primordial, perdida la Unidad original, pasamos del olvido y el caos al sentido y la rememoración trascendente: el movimiento del Tao es el retorno a la fuente. Volver al centro, conectar con sí mismo, es en psicología junguiana el proceso de individuación, el autoconoci-miento que actualiza el sentido en el ser. En términos esotéricos es el despertar a la Verdad velada que permite lograr la liberación. A este vuelo heroico del alma, Claudio Naranjo lo llama ‘el viaje interior’. En el contexto de la psicología transpersonal, podemos entender las etapas que contempla el proceso de embarazo y nacimiento como un ciclo que replica este movimiento creativo del Universo. Así, las matrices perinatales básicas propuestas por Stanislav Grof, consisten en cuatro estadios que contem-plan el periodo de gestación y parto. Estas etapas resultan determinantes para los primeros momentos en que la matriz primigenia de la psique, la consciencia humana, se incuba hasta abrirse a la vida natural despojada del seno materno, pasando desde la fusión indiferenciada en la fase amniótica a la crisis traumática de la contracción, el trabajo de parto y finalmente el pasaje al exterior.
Primavera, verano, otoño, invierno; infancia, juventud, adultez y vejez. Las etapas de la vida y los ciclos de la naturaleza nos dan cuenta de un flujo en múltiples escalas y ritmos. ¿Cuántos infiernos cruzamos antes de poder librarnos del exilio de la inconsciencia y el azote del olvido? ¿Cuantas veces morimos, en una sola vida, marcados al rojo vivo, renaciendo de las cenizas? Volcanes ardientes, re-nacuajos y sabandijas, febriles efervescencias de traumas y complejos. Queman la piel desde dentro, dejan perturbadoras marcas, que con tiempo y tratamiento, cariño y aceptación, nos abren al perdón, dan paso al entendimiento, emprenden al fin su marcha: para siempre dicen adiós. Purificado el re-cuerdo, logramos abrir nuestras alas, atrás queda el remordimiento, ¡elevada sea el alma!

NACER AL SER

[El huevo de la genio]  Collage analógico, 2020

En el jarro del agua manil Otrora del gran Carlomagno Aguardan dos seres extraños Rodeadas de un humo febril
Entre cálidas sombras chinescas Rodeadas de oro y de plata Esperan a que amanezca Aguardan tranquilas el alba
Pasaron un par de milenios Armando sus plácidos nidos Gestando en silencio el sonido Comienza el primer movimiento
Fervientes se elevan brotando Siluetas de luz y sombra gris Despliegan sus cuerpos curvados Definen su forma sutil
Semilla que duerme latente
Exige prudente trabajo
El sol, el agua, el sustrato
A un tiempo el cuerpo y la mente
Eleva su fruto en lo alto
Dictando los versos sabidos
Tres deseos, un sólo destino Sellando el rito en el acto:
¿Por cuáles paisajes fluirá el devenir? ¿Hacia dónde te llevan tus pasos?Cruzando de prisa el pantano
El hielo comienza a crujir
El pájaro rompe el mundo
El alma se abre camino
Al centro del laberinto
El Tao, Dios, el vacío profundo
Nacer al Ser
En el devenir del estar
Hacer el No hacer
Despertar al Despertar
Al sentido/trascendente;
Con propósito/inmanente
A la voluntad/constante
En la lucidez/sonriente

LA GUARIDA DE FUEGO DE LAS ALMAS PERDIDAS

Collage analógico, 2021

Más allá del horizonte
Por las grietas de las grutas
Donde se une el sur al norte
Y converge toda ruta
Un imperio se camufla
Tras los mares del silencio
Majestuosidad oculta
Sepultada por el tiempo
Condenados al destierro
De su alma perdida
Anhelando el reencuentro
Peregrinos, golondrinas
Caravana de espectros
Remolinos, serpentinas
Arrastrados por el viento
Seductoras fantasías
Espasmos y espejismos
Tormentosa arena fina
Mil noches más mil días
Ante un coro de lamentos
Reina Lamia del desierto
Deja atrás esas cadenas
Las mentiras, las quimeras
Y conecta con el centro
Tras lo falso, está lo cierto
Templo abierto de acogida
Resguardando toda esencia
Manantial de aguas floridas
El perdón supera al reto
Con serena iridiscencia
Susurrando ya el secreto
Cuando brota la experiencia
Donde yace el fuego eterno
Donde nace la consciencia

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